COFICAM RECUERDA LOS EXCELENTES RESULTADOS DE LOS PROGRAMAS DE REHABILITACIÓN CARDIACA

28 Sep 2017

En el Día del Corazón y cuando la enfermedad cardiaca se ha convertido en una de las principales causas de muerte en todo el mundo

En el marco del Día Mundial del Corazón, que se celebra el 29 de septiembre, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (COFICAM) se suma al llamamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para adoptar hábitos de vida saludables y prevenir enfermedades del corazón.

 

     Las enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular, son la principal causa de muerte en el mundo, estimándose 1,9 millones de fallecidos al año por esta causa. Seguir una dieta saludable, hacer actividad física y evitar el consumo de tabaco pueden prevenir estas enfermedades.

     La cardiopatía isquémica o enfermedad cardíaca es en el siglo XXI uno de los problemas de salud más graves de los países industrializados con tres tipos de consecuencias, todas ellas preocupantes: mortalidad, invalidez físico-psíquica y costes económicos. A pesar de ello, la implantación de los programas de rehabilitación cardíaca ha modificado el concepto sobre las patologías cardiovasculares y el riesgo que conllevan.

    Se trata de programas que realiza el fisioterapeuta en coordinación con el cardiólogo y el médico intensivista, en estrecha colaboración con el psicólogo, nutricionista, enfermería y otros colectivos. Comprenden un conjunto de medidas multidisciplinarias (ejercicio físico, control de los factores de riesgo cardiovascular, aspectos psicológicos, nutricionales, sociales, laborales y sexuales) encaminadas a conseguir un cambio en el estilo de vida del cardiópata.

     Al integrar la fisioterapia cardiaca en el tratamiento de estos pacientes, se contribuye a la prevención para no recaer en un nuevo Infarto Agudo de Miocardio (IAM) o en algún fallo cardiaco.

     Dichos programas se dividen en tres fases diferenciadas: en la primera se explica el programa y se buscan los factores de riesgo que puedan ser modificables. En la segunda se lleva a cabo una prueba de esfuerzo por parte del cardiólogo y durante 3 meses, aproximadamente, el paciente realiza sesiones en grupo de ejercicio físico monitorizado y controlado en todo momento por el fisioterapeuta.

     En la tercera fase, ya de forma extra-hospitalaria, el paciente cardiópata debe seguir con el nuevo estilo de vida que ha adquirido para conseguir disminuir los factores de riesgo.

     Para multiplicar la efectividad del programa de rehabilitación, es necesario que los fisioterapeutas sean capaces de concienciar al paciente de la necesidad de llevar a cabo el programa de principio a fin, y de mantener sus principios básicos el resto de su vida.