COFICAM recuerda la importancia de la Fisioterapia para prevenir o mejorar las posibles secuelas derivadas del cáncer de mama

19 Oct 2016

En el Día Internacional contra el cáncer de mama, el Colegio recuerda que el linfedema, una de las secuelas principales surgidas del tratamiento del cáncer, puede mejorarse o prevenirse con técnicas de fisioterapia como son los drenajes linfáticos; antes de tomar cualquier medida debe consultarse siempre con un oncólogo especializado qué debemos hacer y cuándo hemos de acudir a un fisioterapeuta colegiado

El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres occidentales. 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida y aunque la tasa de mortalidad se ha reducido notablemente en los últimos años gracias a los avances en los nuevos tratamientos y a la detección precoz, los efectos secundarios o secuelas derivadas de la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia persisten. Siendo el linfedema una de las secuelas principales del tratamiento del cáncer, aunque la aparición de este ha disminuido notablemente gracias a la implantación de la técnica del “ganglio centinela” con la que se previene la extirpación en muchos casos de la cadena ganglionar axilar sigue existiendo. Así, se produce por la extirpación de los ganglios o nódulos linfáticos axilares, o la rotura masiva de los mismos por la cirugía o bien por la aplicación de radioterapia. Estos ganglios son los encargados de recoger la linfa del brazo y al desaparecer se acumula líquido intersticial en el brazo del mismo lado de la intervención provocando un aumento de su tamaño. 1 de cada 4 mujeres con cáncer de mama sufrirá linfedema y el 75% de éstas lo tendrá en el 1 año de la operación. Una de las medidas de prevención y tratamiento que más puede ayudar a estas mujeres es la Fisioterapia

 

Fisioterapia y cáncer de mama

Para hablar de la importancia de los tratamientos fisioterapeúticos en las pacientes que sufren cáncer de mama, debemos mostrar por un lado lo que el paciente puede hacer y por otro lo que corresponde al desarrollo de las labores del fisioterapeuta.

El paciente debe realizar cuidados posturales, usar el brazo pero no abusar, esto es utilizar el brazo de manera normal, pero evitar cargar mucho peso o llevar prendas o elementos que puedan perjudicar a la circulación del brazo. Otra de las medidas que pueden tomar es la de hacer ejercicio no agresivo y moderado tratando de recuperar la movilidad pero sin dañar. 

La labor del fisioterapeuta, se basa principalmente en el drenaje linfático manual, que es la técnica más utilizada para tratar de prevenir o disminuir el linfedema. Se trata de una técnica muy protocolizada y muy específica, que no se puede considerar masaje porque no hay deslizamiento, no hay fricción, precisamente para no inflamar más el brazo. Son maniobras muy suaves que solamente un fisioterapeuta colegiado y especializado en la materia puede realizar. Además el fisioterapeuta se puede ayudar de algunos aparatos de electroterapia que aplican ultrasonidos que tratan de reducir el linfedema cuando está muy duro, que es lo que se denomina fibrosis. En algunos de estos casos se utiliza previamente, la presoterapia y en otros los ultrasonidos para tratar de ablandarlo, y luego el fisioterapeuta continuaría con los drenajes linfáticos manuales. Por último inmediatamente después de realizar cada drenaje linfático estaría indicado colocar una medida de contención o una prenda de comprensión. Existen unas vendas específicas para linfedema con una compresión determinada ajustada y personalizada a la medida de cada paciente. 

Ante todo esto el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha recomienda siempre, ante cualquier duda, consultar primeramente a un oncólogo, para ponerse después en manos de un fisioterapeuta colegiado y especialista en la materia.